Y esa nada de ayer
que todo lo es hoy
se funde melancólica
en leve y sutil bruma
para aterrizar silenciosa
en las praderas donde
el agua y el fuego unidos
acarícian los límites
de lo que fue todo
nada queriendo ser.
Si me recuerdas
renuncio a ser todo
como tu nada.
Pedro
viernes, 23 de diciembre de 2011
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